La iniciativa de las Tarahumaras llega a las alturas
Esta visto que querer es poder. De esta manera, las mujeres tarahumaras no se quedaron atrás y han patentado un cubrebocas confeccionado artesanalmente que llegará a las alturas. Es así como una aerolínea internacional decidió ofrecer los cubrebocas.
El cubreboca Tarahumara artesanal llega a las alturas
Las mujeres Tarahumaras pertenecientes a la microempresa chihuahuense especializada en artesanias ralámuli, Sinibi Jipe, les llegó su día. De esta forma se posicionan en el mercado de los cubrebocas artesanales. Así es como demuestran la innovación y la calidad de los tejidos que sus culturas dominan a perfección.
La aerolínea internacional acepta apoyar a la microempresa ofreciendo un contrato donde se encargaran de distribuir cubrebocas confeccionados artesanalmente entre sus clientes, los cuales serán entregados en vuelos dirigidos por todo el mundo.
La microempresa Sinibí Jipe, vuela alto
La idea de la microempresa chihuahuense de artesanas ralámuli, Sinibí Jipe, entro a un mercado poco solicitado, por lo que entran ganadores para expandir su legado al mundo y consolidarse en el mismo. Los diseños innovadores y tejidos de alta calidad en la fabricación de los cubrebocas los hace únicos ; sin perder su primera función que es la de prevenir el contagio por Covid-19.
Luisa Fernanda Martínez,propietaria a empresa, nos comenta que su grupo consta de 15 mujeres del grupo tarahumaras y son magníficas costureras. Además comentó que al principio solo fue la elaboración del cubrebocas para la prevención del Covid-19. Al ser contratadas por la aerolínea Volaris la idea de lucir la artesanía de su pueblo fue fortaleciéndose.
Desde hace año y medio la empresa se encuentra en Chihuahua, con 15 colaboradoras ralámuli, confeccionan cubrebocas con diseños de alta calidad, también se destaca el hecho que se pueden extender fácilmente y tienen un filtro de material quirúrgico de uso común para que no sea solo decorativo sino también utilitario.
Ideas innovadoras de gran calidad
Las mujeres tarahumaras llevan en el negocio desde hace un tiempo y se iniciaron con la elaboración de prendas casuales, innovando sudaderas con diseños propios de su región. La idea de venderse como una marca registrada fue una de los motores de impulso de la empresa, lo que las mantuvo un año en crecimiento. Así es como lograron un taller y a su vez la tienda.
La propietaria de la firma señaló que buscaban en cada diseño el impacto de un producto de calidad, útil y llamativo. En este caso, la pandemia dejó a muchos sin empleo; por lo que se promovió una ronda de cubrebocas con la finalidad de obtener recursos para la compra de recursos médicos para donarlos a hospitales de Ciudad Juarez y ahora llegó la oportunidad con Volaris.
Mantenerse en el mercado después de la pandemia
El éxito de la iniciativa ha generado nuevas ideas, se busca que la marca persista luego de la pandemia, y que consiga crecer. Por lo tanto, se exigen mayor calidad y mayor capacidad de distribución. Al igual que aumentar los elementos de venta de la marca.
En realidad, la aerolínea tiene más de dos meses estudiando la presencia del cubreboca en el mercado. De la misma manera, la calidad del producto; además del impacto que ha causado en el mercado y a los países a los cuales ha llegado. Ante ello, existe la propuesta de incluir los cubrebocas como un adicional al valor del viaje con el fin de sobrellevar las dificultades originadas a las líneas aéreas, en el momento de la aparición de la pandemia provocada por el Coronavirus.